domingo, 13 de marzo de 2016

ANÁLISIS PUBLICITARIO (AXE- NO TE FÍES DEL DESTINO)

En la clase de hoy, hemos realizado, por grupos, el análisis de diversos anuncios sexistas que más nos han llamado la atención. Clara, Rafa, Celia y yo, nos hemos decantado por el siguiente anuncio de AXE ya que presenta todas las características propias de la tendencia discriminatoria que valora a las personas únicamente en razón de su sexo, sin atender a otras consideraciones como su trabajo sus aptitudes. Para ello lo hemos ido examinando desde distintos puntos de vista:



1. ¿A quién se dirige la campaña?
Como podemos observar, esta campaña publicitaria se dirige explícitamente al sexo masculino. Incitan a los hombres a comprar este desodorante ya que si lo hacen, el anuncio da a entender que el olor atraerá a las mujeres.

2. ¿Qué se dice en la campaña?
Este anuncio transmite esencialmente la atracción y la sensualidad que puede generar únicamente el olor del producto que están promocionando.

3. ¿Cómo se dice?
Aunque este vídeo carece de lenguaje oral, la música que utilizan de fondo es muy cautivadora y atractiva, enseguida capta la atención de los espectadores.
Los diferentes focos de luz presentes a lo largo del anuncio son tenues y generalmente claros, resaltando el color luminoso y cristalino de los ojos del chico y de la chica que lo protagonizan.
En cuanto al período temporal en el que tiene lugar, incluye numerosas escenas comprendidas entre la edad del Hielo, Pompeya, el lejano oeste, la Primera Guerra Mundial, el hundimiento del Titanic y finalmente una manifestación hippie.

4. Personajes femeninos:
La figura femenina protagonista podemos deducir que tiene entre 24 y 28 años, presenta una complexión delgada, pelo muy largo y castaño y ojos azules muy claros. Acerca del vestuario, va variando continuamente conforme se van sucediendo las diferentes épocas, pero en general lleva puesta un ropa muy característica y singular, que atrae mucho la atención.
En su papel únicamente se limita a mirar al otro chico incitándole a que se acerque, mientras que su actitud es claramente pasiva e indiferente.

5.Personajes masculinos:
El chico presenta unos rasgos muy parecidos a los de la joven, ya que ambos son muy perturbadores. Presenta un cuerpo tonificado cautivador y llamativo.
Respecto a su actitud podemos apreciar el deseo y la necesidad de atraer la atención de la chica que se muestra impasible y desinteresada.
En relación al vestuario, al igual que la chica, va alternando continuamente en función de la época histórica en la que se encuentran.

6. ¿Qué estereotipos de género se están transmitiendo en el anuncio?
Estereotipos masculinos: mayor capacidad física, atracción, franqueza, afirmación del yo
Estereotipos femeninos: dependencia, sumisión, debilidad, ternura, aspecto afectivo muy marcado.

7. ¿Coincide la imagen con las mujeres que conoces o contigo?
En algunos aspectos sí, porque conozco a chicas que se dejan llevar demasiado por el físico, aunque quizás no de la forma en la que lo muestra el anuncio respecto a la atracción por el olor que desprende el desodorante.

8. ¿Coincide la imagen con los hombres que conoces o contigo?
En determinados matices sí, porque algunos chicos creen que su apariencia lo es todo y que su físico capta la atención de todas las mujeres, pero de nuevo la exageración de esta campaña publicitaria respecto al olor, no coincide exactamente con la realidad.

9. ¿Estás de acuerdo con la publicidad que ves? ¿Por qué?
No, porque este anuncio no se corresponde con la realidad, y cualquier hombre al ver esto puede creer que echándose ese desodorante, la fragancia atraerá a las mujeres. Creo que mediante vídeos así, se consigue manipular a los espectadores incitándoles a comprar productos con un fin ficticio.
Pretenden generar una dependencia y deseo de adquirir el producto, sin importar que la publicidad que utilicen para ellos sea realista o no.

miércoles, 9 de marzo de 2016

EXPERIENCIA EN EL VOLUNTARIADO

Mi experiencia como monitora educativa con niños tan pequeños ha sido reveladora. Hasta ahora nunca había tenido un trato tan constante con niños tan pequeños. Como es normal para alguien de mi edad, me relaciono con chicos y chicas de edad similar; además, mis primos también son adolescentes por lo que para mi ha sido muy novedoso. Mis expectativas estaban puestas en un trabajo más educativo, es decir, yo creía que me limitaría a ayudarles con sus asignaturas, con los deberes, con los exámenes, etc. Era como invertir el papel de mi vida cotidiana: yo me ponía en la situación de educador, y no de alumna.

Al mismo tiempo que he ejercido como educadora, esta experiencia me ha servido para tomar un contacto directo con mis experiencias en la niñez: qué fácilmente se distrae uno, cuánto aprecia la atención ajena (aún a costa de alguna regañina), las ganas de reír a propósito de cualquier cosa....

El hecho de ser más mayor me ha servido para apreciar la agilidad mental de muchos de ellos, los enormes esfuerzos para aprenderse los contenidos y sus dificultades en distintas materias. Uno ve con claridad que todos somos distintos y consecuentemente tenemos necesidades completamente distintas.

En un principio me resultaba difícil poder llegar a ellos en el sentido de que quería que mi tiempo con ellos fuese realmente de utilidad, pero poco a poco fui cogiendo el manejo de la situación y hacerme con la dinámica para poder ayudar de la forma adecuada a cada uno de ellos. No obstante, no todo ha sido puramente didáctico; también hemos tenido momentos de ocio. Cuando habían acabado sus tareas y no había más actividades dedicábamos el tiempo a conocernos un poco más, a relajarnos. 

Obviamente ha habido niños con los que he tenido más afinidad. Lucía, Yanira y Laura eran algunas de las niñas con las que más a gusto me he sentido y con las que más me ha tocado trabajar.
Por otro lado, también hemos tenido ocasión de pasar algunos ratos con los más pequeños, los de tres años. Me sentía como una madre enseñando a sus hijos a estar sentados en silencio mientras se escucha, a respetar el turno de palabra etc.

En resumen, ha sido una experiencia bastante enriquecedora, en la que he aprendido yo también mucho. Esencialmente he aprendido a ser paciente con los niños, a sacar lo mejor de ellos mediante el estímulo adecuado y a disfrutar de sus ocurrencias. El ser un poco "profesor" puede ser exigente, pero también muy gratificante.